Ángel Marrero: Nació Sin Brazos, pero Se Destaca en la Mecánica

Ángel Marrero es un puertorriqueño que reside en República Dominicana desde hace más de siete años. Nació sin brazos, pero esto no ha sido un obstáculo para destacarse en la mecánica y la soldadura. A continuación, Olinda nos cuenta más sobre su historia.

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A sus 50 años, Ángel Marrero realiza diversas actividades como la reparación de autos, la soldadura y quehaceres del hogar. Sus piernas son sus mejores aliadas. Ángel comenta que nació sin brazos, pero nunca ha visto su condición física como una limitación para desarrollarse. Ya trabajaba en mecánica en Puerto Rico desde pequeño, comenzando a los 16 años con motores pequeños.

Ángel es de origen puertorriqueño y desde muy pequeño, sus padres le inculcaron ser una persona útil. A los 16 años, aprendió todo lo relacionado con la mecánica de autos. "Cuando yo nací, fue un gran suceso porque nací en un hospital de campo. Me bautizaron de inmediato porque no esperaban que sobreviviera", recuerda Ángel.

Su esposa también comparte su admiración: "Él come solo, me ayuda en la casa, lava el baño, lleva a nuestra hija al colegio y me ayuda a mí. Soy maestra de profesión". Aunque desconocen la causa exacta de su condición, a su madre le informaron que se debió al uso de un medicamento durante un proceso viral sin saber que estaba embarazada.

A los 21 años, Ángel emigró a Estados Unidos, donde conoció a su primera esposa y tuvo un hijo. "Estuvimos juntos por 10 años, pero la familia de ella le decía que por qué estaba conmigo debido a mi condición. Nos divorciamos y eso me sumió en una depresión, intenté quitarme la vida varias veces y estuve en la calle por tres años", cuenta Ángel.

Hace siete años, Ángel se trasladó a República Dominicana. Poco después de llegar, su vida tomó un nuevo rumbo al conocer a Rut de los Santos, una maestra y madre de tres hijas. "Me casé con ella, ella me entiende bien. A veces soy un poco difícil, pero ella me ha apoyado siempre", expresa Ángel.

Rut narra cómo conoció a Ángel: "Al principio, lo vi y pensé que era un mendigo, porque comúnmente se tiene esa mala costumbre de pensar que una persona con discapacidad está pidiendo. Sin embargo, me pidió mi número y comenzamos a enamorarnos. Para Rut, la relación ha sido un reto debido a los comentarios de otras personas. 'Una amiga mía dijo que ahora tenía un bebé que alimentar, pero Ángel ha demostrado ser un hombre capaz y dedicado'".

Ángel y Rut han formado un hogar donde no existen límites ni barreras. Residen en el Ensanche Ozama en Santo Domingo Este. "Yo no tengo limitaciones, las limitaciones se las pone uno mismo. Si digo que voy a hacer algo, lo hago", afirma Ángel.

Rut añade: "Mi esposo es único. Ha hecho por mí cosas que otros, que se consideran normales, no han hecho. Tiene mucha energía; puedes pedirle que haga algo y lo hace sin dudar. Hemos pasado por situaciones difíciles, pero siempre hemos salido adelante".

Ángel es muy activo y dedicado a su familia. "Nosotros lo queremos mucho y hemos sentido miedo de perderlo en algunas ocasiones. La gente tiene muchos prejuicios cuando ve a alguien con una discapacidad, pero él ha demostrado que el amor y la familia existen más allá de cualquier limitación", comenta Rut.

Para Ángel, las limitaciones solo existen en la mente de las personas. Además de mecánico, también conduce. "Nosotros vamos a Punta Cana o cualquier parte del país, y él maneja normal. Me siento segura con él", dice Rut.

Ángel concluye: "Si yo puedo hacer esto, cualquiera puede. Solo necesitas la mentalidad adecuada. Dios me dio un don, y creo que es para enseñar a otras personas". Ángel Marrero es un auténtico ejemplo de fortaleza y superación, demostrando que las limitaciones solo existen en la mente y que con determinación, todo es posible.

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