Niña de 6 años sobrevive 73 horas sola en la selva de Columbia Británica

En un emotivo desenlace, Gail Skin y James Schweder finalmente pudieron descansar la noche del domingo tras recibir la noticia de que su hija, Oaklynn Schweder, de seis años, había sido encontrada sana y salva. La menor había desaparecido en el área de Burns Lake, en el norte central de Columbia Británica, alrededor de las 6 p.m. del jueves. Fue localizada el domingo por la tarde en una zona boscosa que ya había sido inspeccionada anteriormente, entre su residencia y la oficina de la banda Skin Tyee.

La emoción de Gail fue palpable al recibir la llamada sobre el hallazgo de su hija. Su reacción fue de pura alegría, expresando: “¡La encontraron! ¡La encontraron!” Cuando los padres vieron a los rescatistas llevando a Oaklynn fuera del bosque, corrieron hacia ella sin esperar a que se la entregaran. La niña repetía la palabra “casa” una y otra vez, lo que, aunque no verbal, indica su capacidad para imitar palabras. Los investigadores creen que Oaklynn se desorientó y no pudo encontrar el camino de regreso.
El inmenso alivio de tener a su hija de vuelta fue descrito por Gail como "increíble", manifestando que no podía encontrar las palabras adecuadas para expresar su felicidad. A pesar de estar en el hospital, Oaklynn se encuentra bien, considerando las circunstancias. Está comiendo, bebiendo y “empezando a ser más ella misma”, como reconocen sus padres al escuchar los sonidos y ruidos que emite.
Por su parte, James confirmó que Oaklynn no sufrió lesiones mayores. La niña experimentó un ligero sobrecalentamiento la noche anterior, lo cual es común mientras su cuerpo se readapta a un entorno seguro, sin que existan lesiones serias que preocupen a la familia. La búsqueda de Oaklynn se convirtió en una de las más grandes de la historia del norte de Columbia Británica, con la participación diaria de cientos de voluntarios y rescatistas. Se estima que entre 1,200 y 1,500 personas se unieron a la búsqueda durante el fin de semana, y la familia está profundamente agradecida por el esfuerzo comunitario.
“Probablemente nunca haya habido tantas personas en Ahousat en un solo lugar en cualquier momento”, comentó James. La familia, que tiene cuatro hijos, describió la desaparición de Oaklynn como su peor pesadilla. Sin embargo, ahora, aliviados y felices, se sienten completos con todos sus hijos en casa. Oaklynn también recibirá un nombre indígena tradicional, en honor a la travesía que enfrentó y la protección que recibió, representando su identidad y su conexión con la tierra y los ancestros.
Este relato no solo captura la angustia y el alivio de una familia, sino que también resalta la extraordinaria labor comunitaria y el espíritu de resiliencia ante adversidades extremas, sirviendo como un poderoso recordatorio de la fuerza y la esperanza que habita en comunidades unidas.